domingo, 29 de enero de 2017

RAMON DE J. HERNANDEZ OLIVARES/MÉXICO



MALDIGO
Transcurren las horas
sin sentido y sin fe,
¡Maldigo los segundos!
Que no llegan,
horas tristes, risas incomodas
¡Calla! Guarda silencio
ahora que llegas,
hazme temblar.
¡Maldigo al silencio!
Quietud desgarradora,
a lo lejos un lobo llora,
tus manos que ágilmente
transformó mi cuerpo
en tu orquesta sinfónica
de melodías cadenciosas
de ritmos a destiempo.
Te vas dejando abismos
y secretos perdidos,
llora el cielo y maldicen
las voces en el desierto…
¡Maldigo la ausencia de tus besos!
De tu aroma que se lleva el viento
¡Oh! Eros, lanza tus victoriosas flechas
sobre Cronos,
para que el amor, lo haga detener el tiempo
y poder consumir mis sueños.




NO TIENES TIEMPO
En tus horas libres de sueños
pido tu mirada sobre mis hombros
y la luz de la indiferencia te murmura,
¡Que no hay tiempo!
En las noches de lluvia mi rostro húmedo,
sus gotas me invaden para mezclar su aventura
en una lágrima perdida que cae sobre mis manos,
hoy vacías.
Te busco entre sabanas y te abrazo
aferrándome a tus sueños,
y sin embargo mi calor,
mi amor no quema,
pero no tienes tiempo para secar mí lágrima
que cae sobre tu espalda.
Solo en helados desvelos
te acurrucas a mí,
pero no existe tiempo para mirar
la luz de mis ojos
que como luciérnagas cuidan tu sueño.
No tienes tiempo
¿Qué sueñas? ¿Qué amas?
¿Qué te pregunta el alma
cuando me vez, de pie
y cruzamos miradas?
No te preocupes,
en saborear un beso,
deleitar mi mirada con gestos,
y murmullos de amor.
No tienes tiempo
pero sé que si me despido
y no vuelvo a mirarte,
el tiempo apagará mí sueño
en una mirada, casi perfecta
en armonía absoluta con la existencia.
No temas, no tendrás tiempo
de mirarme en tus brazos
exhalando un frágil suspiro
el último que pudo ser tuyo.

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